Es también una ocasión de reuniones familiares alrededor de una buena comida con el tradicional cordero pascual y una fiesta para los niños que van a la “caza” de los huevos de chocolate.
Vuelven el domingo de Pascuas para anunciar la resurrección de Cristo, cargadas de huevos de chocolate que, en su recorrido hacia los campanarios, dejan caer en los jardines para que los recojan los niños.