
En el sur de Francia, en el departamento de la Lozère y también del de Aveyron, se encuentra un sitio natural de gran belleza: las Gargantas del Tarn.

El río nace en el Monte Lozère a una altitud de 1600 metros. Durante millones de años, sus torrentes han ido cavando un profundo cañon en la roca calcárea, entre las mesetas de Méjean y de Sauveterre.

Este acantilado gigantesco tiene 54 kilómetros de largo y de 400 a 600 metros de profundidad.

En sus espectaculares paisajes aloja una flora y una fauna excepcionales y muy variadas.

La vegetación se adapta maravillosamente a los rigores del clima (frío en invierno y caluroso en verano) y muchas plantas son endémicas.

En los bosques de robles y pinos viven ciervos, corzos, muflones y jabalíes así como zorros y roedores. Los acantilados albergan muchas especies de pájaros y las grutas, grandes poblaciones de murciélagos.

En las aguas, se ha vuelto a introducir el castor europeo.

Entre inmensas paredes rocosas, el curso del río alterna rápidos con aguas tranquilas, donde se puede ir en barcas o en canóas kayaks.

La escalada, el parapente, la equitación, la espeleología o la pesca son algunas de las actividades que pueden practicar los amantes de los deportes en plena naturaleza. Hay muchos lugares también para los bañistas.

A lo largo del río y a poca distancia los unos de los otros, se encuentran varios pueblos encantadores con sus castillos e iglesias, románicos o medievales.

Uno de ellos, Sainte-Enimie, con su fuente milagrosa está clasificada entre los pueblos más bonitos de Francia.

La región tiene también muchos sitios que merecen una visita,como grutas, museos, eco-museos, lugares históricos…
Inscritas desde 2010, las Gargantas del Tarn ofrecen unos paisajes naturales únicos.
Qué preciosidad de lugar, me encantaría poder ir algún día… Un abrazo!
Si quieres, seguro que irás… Un abrazo.