
El parque Monceau, rodeado por lujosos edificios y suntuosas mansiones, es uno de los jardines más elegantes de París.

Se encuentra en el 8º arrondissement, entre el bulevar de Courcelles y la calle de Monceau y cerca de dos museos: El Cernuschi dedicado a las artes asiáticas y el Nissim-de-Camondo dedicado a las artes decorativas francesas del siglo XVIII.

En 1764, el duque de Chartres compró unas tierras en el pequeño pueblo de Monceau y encargó al jardinero-paisajista Carmontelle, la creación de un jardín que representara un “país de ilusiones”.

El parque tenía entonces una granja suiza, un molino holandés, una pagoda, un templo de Marte, un castillo gótico, unas tiendas tártaras…
Durante la Revolución, el jardín fue confiscado y en parte destruido.

Más tarde, en 1860, la ciudad de París lo compró y el ingeniero Jean-Charles Alphand dirigió las obras de reconstrucción. Una parte de las antiguas edificaciones pudieron ser conservadas y se añadieron nuevos elementos.

Hoy este jardín tiene una superficie de 8,2 hectáreas.

Las grandes rejas de hierro forjado y oro, a través de la cual se entra al parque, fueron diseñadas por el arquitecto Gabriel Davioud.

Entre las construcciones fantasiosas que se conservaron, la Naumaquia es una de las más bonitas, con su estanque rodeado de columnas corintias.

Cerca de la entrada, la rotonda con su pabellón, obra de Claude-Nicolas, servía antaño de puesto de vigilancia.

La Pirámide, construida entre 1769 y 1773 fue obra de una logia masónica, ya que Philippe de Orleans era primer Gran Maestro de la Gran logia de Oriente.

La arcada renacentista es todo lo que queda del Ayuntamiento que fue quemado en 1871, durante la Comuna.

El barón Haussmann transformó el jardín que había sido exótico en un parque de estilo inglés. El puente y las cuevas son obras suyas.

Numerosas estatuas están diseminadas entre la vegetación. Muchas representan a músicos y escritores célebres: Gounot, Chopin, Maupassant, Musset…

En 1982, se instaló una linterna japonesa en símbolo de la amistad entre París y Tokio.

El parque alberga muchos árboles espectaculares, entre los que destaca un arce sicómoro de 30 metros de altura y de ramas retorcidas, plantado en 1853.

Este bello lugar inspiró a números pintores: Braque, Callebotte, Brispot y en particular Monet que realizó varios cuadros del parque.

Es en el parque Monceau que tuvo lugar el primer salto en paracaídas de la Historia. El parisino André-Jacques Garnerin fue quién realizó la hazaña…
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