En el suroeste de Bretaña, a tan solo 15 kilómetros de la costa de Morbihan, se encuentra la isla más grande de la región: Belle-île-en-Mer con 85,63 km2 de superficie.
Esta isla, “Belle-île”, que no se podría llamar de otra manera, posee un encanto especial. Su clima soleado, su quietud, la sorprendente variedad de sus paisajes, sus bonitos pueblos, la magia de su luz, han atraído siempre a numerosos fotógrafos, artistas, escritores, pintores, en busca de inspiración o de tranquilidad… Belle-île enamoró al pintor Monet y a la actriz Sarah Bernardt, a Gustave Flaubert, a Albert Roussel, y muchos más…
Merece la pena recorrer sus pequeños valles y descubrir sus pueblos, Le Palais, Bangor, Sauzon, y sus numerosas aldeas encantadoras. Noventa kilómetros de senderos bien señalizados, ofrecen a peatones y ciclistas la posibilidad de descubrir toda la isla y de admirar sus paisajes espectaculares.
Le Palais es el pueblo más importante de la isla.
Alberga la Citadelle, construida por Vauban para defender la isla de los piratas y también de los ataques de los españoles y de los ingleses.
En Bangor, las “Agujas de Port-Coton”, son rocas marinas cuyas formas parecen recordar entre otros, el Mont Saint-Michel, una esfinge, un busto de Louis XIV…
El pintor Monet las inmortalizó en 1886.
El pueblo de Sauzon aparece en la lista de los pueblos más bonitos de Francia.
Su pequeño puerto, situado cerca de un valle frondoso y al borde de una ría, esta bordeado de casas de colores, de tiendas de artesanía y de restaurantes y cafés. Sus calles pintorescas con casitas blancas y postigos de colores invitan a un agradable paseo.
Cerca del pueblo, la impresionante “Pointe des Poulains” se caracteriza por sus rocas y sus aguas tumultuosas.
Alberga un faro que se queda aislado a marea alta, y la casa de Sarah Bernardt.
Seducida por el lugar, la actriz compró el fuerte para transformarlo en vivienda donde, a partir de 1894, solía pasar largas temporadas.
En el municipio de Sauzon, la Gruta del “Apothicairerie” esta formada por dos cuevas que se comunican.
La aldea de Kerlédan posee dos menires : Jean de 4,70 m de altura et Jeanne de 4,05 m de altura, situados a 350 metros uno de otro.
Se cuenta que Jean, hijo de un bardo, y Jeanne una pastora, eran dos enamorados que querían casarse. Esta unión era contraria a las leyes de las castas y para evitarla, unas brujas trasformó a los jóvenes en piedra. Pero parece que algunas noches de luna llena, un hada buena rompe el hechizo y les permite reunirse durante unos instantes…
Belle-Île tiene también muchas bellas playas de arena fina. Incluyendo las calas, hay aproximadamente unos sesenta preciosos lugares para bañarse.
Las playas más grandes se encuentran en el norte de la isla : Donnant, Bordadoué, Grand-Sables…
Dice la leyenda que un día, cuatro hadas del bosque de Broceliande tiraron sus coronas de flores en el golfo del Morbihan. La corriente se llevó tres de las coronas pero la más bonita, la de la reina de las hadas, se quedó y se transformó en una isla: Belle-Île…