El “château de Fontainebleau”, à unos 60 kilómetros de París es residencia de los reyes franceses desde el siglo XVI. Este inmenso palacio, que cuenta con más de 1 500 estancias, está rodeado de un suntuoso paisaje.
Un castillo existía ya en este lugar en el siglo XII, del que queda todavía una torre medieval.
Atraído por la caza de este paraje, el rey Francisco 1º lo transformó en un palacio de estilo Renacimiento.
La sala de baile renacentista fue diseñada por Primaticcio.
El patio del caballo blanco se convirtió en la entrada del castillo.
La Porte Dorée, que originalmente era una caseta de guarda fue transformada en el pabellón de acceso al bosque.
Henrique IV terminó las grandes obras alrededor del edificio y encargó los jardines y los patios.
El rey Louis XIII mandó construir la imponente escalera en forma de herradura, obra de Jean Audrouet du Cerceau, que se ha convertido en el símbolo del palacio.
Louis XIV, aunque muy ocupado por la construcción del palacio de Versalles se encargó de la renovación de los jardines.
Durante los reinados de Luis XV y Luis XVI, fueron creados numerosos alojamientos con lujosas decoraciones.
Después de la Revolución Francesa, el palacio quedó muy deteriorado.
A partir de 1804, Napoleón 1º empezó a restaurarlo y a amueblarlo para que recobrara vida y volviera a ser una suntuosa residencia real.
Fontainebleau fue también el escenario de la Corte de la Restauración y de la del Segundo Imperio.
El palacio tiene también un teatro, tres capillas y cuatro museos.
Los jardines de Fontainebleau se extiende sobre una superficie de alrededor de 130 hectáreas.
Al sur del palacio se encuentre el Grand Parterre diseñado por Le Notre, un jardín à la francesa con dos grandes estanques, uno cuadrado y otro de forma circular.
El jardín de Diana, que debe su nombre a la fuente de Diana situada en su centro, fue encargado por Catalina de Medicis.
Esta bordeado al este por la Galería de los ciervos, y al oeste por el “jeu de paume”.
El jardín inglés fue creado en 1812 por el arquitecto Maximilien Joseph Hurtault, durante el reinado de Napoleón 1º. Tiene varias esculturas y un río artificial lo atraviesa.
En el parque, plantado de numerosos árboles, se encuentra el gran Canal, de 1200 metros de largo, construido entre 1606 y 1609.
Inscrito al patrimonio mundial de la UNESCO, el “château de Fontainebleau”, testigo de la vida de los monarcas franceses y de muchos acontecimientos póliticos importantes, como el tratado de 1762 con España o el de la abdicación de Napoleón 1º en 1814, reúne un conjunto excepcional de obras maestras perteneciendo a un periodo de cuatro siglos.