
La ciudad de Nîmes se encuentra entre las montañas de “ Cévennes” y el mar Mediterráneo.
Su origen se remonta al siglo XI a. C., cuando en este lugar, una tribu celta fundó un poblado al lado de una fuente sagrada.
En el siglo II a. C., fue colonizada por los romanos, que la llamaron Nemausus, y se convirtió en uno de los centros más importantes de la Galia romana por su situación en la vía Domitiana que unía Italia con España.
Nîmes posee un rico patrimonio histórico, cultural, e arquitectónico.

El más llamativo es sin duda “les Arènes”. Este anfiteatro romano, construido a finales del siglo I a. C. es uno de los mejores conservados del mundo. Mide 133 metros de largo por 101 de ancho, tiene trazado es oval tanto en la arena como en las gradas y puede acoger 20 000 personas. En la actualidad, se utiliza para conciertos, corridas de toros y todo tipo de espectáculos.

La “Maison Carrée”, también edificada en el siglo I a. C., es un elegante templo romano con columnas corintias. Su transformación en iglesia en el siglo IV, la libró de la destrucción de los templos paganos, que tuvo lugar a principio de la era cristiana y hoy se encuentra en perfecto estado de conservación.

En frente, el Carré d’Art, diseñado por el arquitecto Norman Foster es un edificio de cristal, hormigón y acero inaugurado en 1993. Alberga un museo de arte contemporáneo y la biblioteca municipal y se ha convertido en un lugar emblemático de la ciudad.

La tour Magne es un edificio pre-romano transformado en la época del emperador Augusto. Se sitúa en lo alto del monte Cavalier, al noroeste de Nîmes, y era una de las torres de la muralla romana que protegía la ciudad.

Un bonito pinar la separa de los jardines de la Fontaine dónde se encuentra el manantial que es el origen de la ciudad.

Este magnífico jardín a la francesa, con numerosas plantas mediterráneas, un estanque, una doble escaleras y canales de regulación alberga el templo de Diana.

La catedral Notre-Dame-et-Saint-Castor fue edificada en el siglo XII. Destruida en gran parte durante las guerras de religiones, se reconstruyó en el siglo XVII. Solo la torre norte y parte de las esculturas de la fachada pertenecen al edificio románico de origen.

La ciudad tiene también varios museos muy interesantes: el del Vieux Nîmes, el de Bellas artes, el de Historia Natural y un museo des “Cultures Taurines” único en el mundo.

Dos casas en Nîmes son representativas de la época medieval: La maison romane y la maison del “Avocat des pauvres”.

Durante los siglos XVI y XIX, la ciudad fue muy próspera gracias a la manufactura textil y se construyeron muchos hoteles particulares como l’Hôtel de l’Académie, l’Hôtel Fronfroid o le Château Fadaise…

Nîmes también es muy famosa por sus ferias, la de Pentecostés y la de la Vendimia, que atraen cada años alrededor de un millón de visitantes.

Durante estas fiestas se celebran corridas de toros, encierros, peñas y bailes.
Muchas otras manifestaciones culturales y artísticas tienen lugar a lo largo del año: el festival de flamenco en enero, en abril, los Grandes Juegos Romanos, en julio el Festival de Nîmes con grandes conciertos.

Nîmes es una ciudad muy orgullosa de su pasado, y a la vez, muy actual y moderna.