Situado En el 7º “arrondissement”, al lado del Sena y en frente del las Tuilleries y del Louvre, el museo de Orsay es uno de los museos más apreciados de Francia por poseer la mayor colección de pinturas impresionistas y postimpresionistas del mundo.
La historia de este museo es un poco particular. En el siglo XIX, en su lugar, se encontraba el palacio de Orsay que albergaba entonces el Consejo de Estado y el Tribunal de Cuentas. El palacio fue incendiado en 1871 por los revolucionarios de la Comuna.
En 1898, la compañía de ferrocarriles de París compra los terrenos para la construcción de la estación que será destinada a acoger a los visitantes de la Exposición Universal de París de 1900.
El arquitecto Víctor Laloux, encargado de la obra, consiguió adaptar perfectamente el edificio al entorno, dotándolo de una elegante fachada de piedra.
Victima del progreso, la estación fue perdiendo poco a poco todo el tráfico ferroviario, pero al ser declarada monumento histórico, consiguió escapar al proyecto de demolición en los años setenta, y fue transformada en museo entre los años 1983 y 1986.
Muchos de los aspectos de la antigua estación fueron conservados.
En la explanada, seis estatuas de diferentes artistas, representan los seis continentes.
El museo muestra una colección impresionante de obras de la segunda mitad del siglo XIX y del principio del siglo XX: pinturas, esculturas, fotografías y artes decorativas.
Alrededor de 1100 obras maestras de los más grandes pintores impresionistas y postimpresionistas están expuestas de forma permanente: Manet, Monet, Cézanne, Renoir, Courbet, Van Gogh, Seurat, Gauguin…
Se pueden admirar obras pictóricas como el “Déjeuner sur l’herbe” de Manet, el “Auto retrato” de Van Gogh, “El baile del Moulin de la Galette” de Renoir, o esculturas como “La joven bailarina de catorce años” de Degas o “Las puertas del infierno” de Rodin.
En la planta baja, en la antigua estación, el museo organiza todos los años, varias exposiciones temporales, y en el auditorio ofrece diversas manifestaciones artísticas como conciertos, obras de teatro, cine, conferencias y charlas.
El museo d’Orsay es el tercer museo más visitado Francia. Esta antigua estación de tren, con aire de palacio se ha convertido en un edificio dedicado al arte, que es único y que es en sí una obra de arte.