La ciudad de Saint-Tropez se encuentra en la Costa Azul entre Marsella y Cannes, escondida en el extremo de una pequeña península.
Hasta finales del siglo XIX, fue un pequeño pueblo pesquero tranquilo. En 1892, el pintor neo impresionista Paul Signac lo descubrió. Atraído por su encanto, por la belleza del lugar y la calidad de la luz, se instaló en Saint-Tropez e invitó a sus amigos, los pintores Van Donzen, Matisse, Bonnard y Dufy, a reunirse con él.
En 1920, la escritora Colette se fue a vivir en el pueblo, y en poco tiempo numerosos artistas como Jean Cocteau o Arletti y otras celebridades comenzaron a pasar allí temporadas y Saint-Tropez comenzó a ser popular.
A partir de 1950, se convirtió en el lugar de descanso favorito del mundo artístico parisino: Sagan, Picasso, Prévert y en 1960 también de los famosos del mundo del cine: Brigitte Bardot, Roger Vadim, Sasha Distel, Alain Delon… Hoy Saint-Tropez sigue siendo un lugar mundano con hoteles suntuosos donde se aloja la jet set internacional y en el puerto los lujosos yates han reemplazado los barcos pesqueros.
Sin embargo, la ciudad antigua ha conservado su autenticidad y su carácter original. En el puerto las casas altas del siglo XVI siguen mandando a las aguas su cálido reflejo.
La Iglesia Notre-Dame.de-l’Assomption de estilo barroco del siglo XVI destaca con su campanario ocre y color siena, rodeada de calles estrechas y pintorescas.
En la Place aux Herbes, en la entrada del casco antiguo, los pescadores venden cada día los productos de la pesca: doradas, pulpos, salmonetes, lubinas.
En est misma plaza se encuentra también el Café Sénéquier que se hizo famoso gracias a las peliculas «Et Dieu créa la femme» y «Le gendarme de Saint-Tropez».
A la sombra de los plátanos de la Place des Lices, se juegan largas partidas de petanca y se degusta el pastis a la hora del aperitivo.
Dos veces a la semana se instala un mercado provenzal que ofrece las especialidades culinarias y los productos típicos del lugar.
La Citadelle, antigua construcción del principio del siglo XVII para la defensa de la región, es hoy uno de los monumentos más visitados de la costa provenzal y brinda una vista magnífica de toda la bahía. En el torreón se encuentra un museo: el Musée de l’Histoire Maritime.
El célebre museo de l’Annonciade, creado en 1922 e instalado en la antigua capilla de Notre-Dame-de-l’Annonciade muestra unas notables colecciones de arte moderno, con obras de Signac, Cross, Matisse et Derain.
Saint-Tropez tiene varias playas pequeñas cerca del centro de la ciudad y algunas más grandes en las proximidades como la playa des Salins, la de la Bouillabaisse o la de La Moutte, pero la más famosa es la de la bahía de Pamplonne.