Biarritz, en el suroeste de Francia, a pocos kilómetros de España, se encuentra en una situación privilegiada, a orilla del mar y cerca de la montaña, y rodeada de lagos y magníficos paisajes naturales.
Hasta el siglo XVII, era solo un pequeño puerto ballenero y se convirtió más tarde en una estación balnearia. Este pequeño puerto todavía ha conservado su encanto, con sus casitas de pescadores llamadas “crampottes”, algunas de ellas transformadas en restaurantes que ofrecen excelentes pescados y mariscos.
Victor Hugo fue seducido por la belleza del lugar y por “el pueblecito blanco de tejados rojizos”, pero fue cuando la Emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, lo descubrió, que adquirió una gran popularidad. El Emperador mandó construir la «Villa Eugenie» donde la pareja imperial pasaría temporadas todos los años. La Villa Eugénie se incendió en 1903 y fue reconstruida. Hoy, es un hotel de lujo, el Hôtel du Palais.
Cerca fue edificada la Capilla Imperial para la Emperatriz Eugenia y Napoleón III. Está dedicada a la Virgen de Guadalupe, patrona de México.
Biarritz tiene seis kilómetros de playas de arenas finas que atraen numerosos turistas en verano. Las aguas que bañan la costa, en parte por la gran cantidad de algas que contienen, tienen propiedades terapeúticas, lo que ha favorecido el desarrollo de centros de Talasoterapia de fama mundial.
También es la capital del surf en Europa y todos los años se celebran competiciones nacionales e internacionales.
La roca de la Virgen es un emblema de la ciudad. Napoleón III tenía el proyecto de establecer un puerto refugio en este sitio y la mandó perforar. Un puente construido por Gustave Eiffel la une a la tierra.
El faro de Biarritz, en la punta Saint-Martin, con 73 metros sobre el nivel del mar fue construido en 1834. Sus 248 escalones llevan a su punto más alto donde la vista sobre la bahía es magnífica.
Con su aspecto medieval, la “villa Belza” (belza significa negro en vasco), se yergue misteriosa, sobre una roca frente al océano. Se contaron muchas leyendas sobre ella y sirvió de decorado en varias películas. Construida en 1889, tuvo varios propietarios y sufrió dos incendios. Hoy pertenece a la ciudad de Biarritz.
El Casino Municipal que también alberga una piscina y un teatro es de estilo Art Deco y fue construido en 1929 por Alfred Laulhé. Está situado a orillas de la Grande Plage.
Biarritz tiene varios museos.
Dos de ellos están dedicados al mar: el Museo del Mar y Acuario con una importante colección de animales marinos y la Cité de l’Océan inaugurada en 2011, un espacio científico y lúdico para entender mejor los misterios de los mares.
El museo Histórico de Biarritz situado en una antigua iglesia anglicana reúne una colección de 4000 piezas que evocan la historia de la ciudad.
Asiatica es un Museo de arte oriental con obras únicas de China, de la India y del Tíbet.
El Museo de Chocolate cuenta la aventura del chocolate desde la época de los Incas.
Uno de los mejores lugares para degustar un chocolate caliente con un delicioso pastel vasco y vista al mar es la pastelería Miremont fundada en 1872 que ha conservado el encanto y el mágico ambiente del siglo XIX.